02 febrero 2008


El 31 de diciembre del 2007 a las 17hs, me encontraba junto a mi mujer Claudia Fiandesio y a mi hija de 11 años Sofía a solo 10 cuadras de la casa en donde Julián de 2 añitos, jugaba junto a su familia en la pileta esa tarde tranquila y calurosa de verano, caminamos resguardandonos como podíamos del fuerte sol hacia un hipermercado ubicado en Cerrito y Dardo Rocha de la localidad de Bernal partido de Quilmes provincia de Bs As.... unos minutos más tarde, Patricia mamá de Julián escucha un sonido extraño y se da vuelta para ver a su hijo que jugaba en la pileta, Juliancito estaba boca abajo en el agua, había sido alcanzado por una bala perdida. Unas horas mas tarde, estaba muerto, el próximo 22 de febrero hubiese cumplido 3 años. Esa maldita bala que impactó en la cabeza del pequeño Julián, tranquilamente podría haber elegido el cuerpo de mi hija, de mi mujer, el mío, el de cualquier persona que caminaba cerca nuestro, y es aquí en donde comienza el calvario de una familia y la incomprensión, impotencia, y locura de una situación totalmente prevenible y asesina de parte del autor, al día siguiente los medios nacionales ya cometen el primer error, (ENORME!! ERROR), calificando al hecho y sumándolo a la lista de accidentes ocasionados por los festejos de fin de año, "ACCIDENTE", "UN INCONSCIENTE DISPARÓ...", "FATALIDAD", son algunas de la denominaciones expresadas para ilustrar el desgarrador desenlace, hasta el propio Capitán de la comisaría de Bernal se refirió al hecho como una fatalidad, y no fue así, definitivamente. Grafique en su mente la actitud de un perro mirado el cielo esperando que el palito que tiramos o la pelota caiga a tierra para agarrarlo, y el perro no razona, es animal, actúa por instinto, hasta el más idiota de los humanos sabe que si dispara un arma al aire la bala no se la comerá el cielo, en algún momento bajará, y si disparó con el brazo en alto, hasta yo que no se nada de balística ni nada que se le parezca, creeré que la bala llegará hasta un punto muerto y caerá a tierra, y pensaría que al momento de impactar en el suelo, golpearía con la misma intensidad que al salir del cañón, bueno, y si a esto le sumamos que este potencial ASESINO o ASESINA lo hizo no en medio del campo, no en el cinturón ecológico de Sarandí, no en medio del río de Quilmes, no dentro del baño de su casa, en el centro de un barrio en pleno verano, en víspera de año nuevo y con 35° de calor....usted, sinceramente, con la mano en el corazón, piensa que esto es producto de un accidente?, hace tan solo unos días conocimos a la familia de Julián, conocimos su historia, su corta historia de vida, nos enteramos que era un nene inquieto, creativo, simpático, y que no se le arrugaba a nadie, así se tratara de un adulto de 2 mts de altura, un chico con una fuerte personalidad, un ser adorable... un NIÑO de tan solo 2 añitos y 10 meses, el 24 Papá Noel le había traido una batería y ya comenzaba con sus amiguitos a jugar que eran una banda y bailaban y se divertían a lo loco minutos antes inclusive a que su mamá le colocara su patito de goma a la cintura para que juegue seguro en la pileta del fondo de la casa en donde la bala perdida de un "INCONSCIENTE" a raíz de este "FATAL ACCIDENTE" se llevó a Juliancito para siempre. Es evidente que este caso tocó lo más profundo de mi ser, estaremos con Patricia y Julio, estaremos en las marchas y en lo que ellos decidan realizar, Juliancito no fue el primero, todos los años hay uno o dos seres que mueren sin una explicación racional, no como consecuencia de un accidente automovilístico, no producto de un robo, ni de una toma de rehenes, ni siquiera de un atentado...simplemente por una bala perdida que un desagradable desconsiderado asesino que sabe que estando borracho o no, y esa no es excusa, quién no se chupó la vida y no por eso voy a salir a disparar al aire!,puede provocar una muerte, y una muerte que el próximo fin de año, o el próximo Boca y River, o el próximo borracho que decida descargar su frustración , resentimiento o existencia de mierda al aire para cobrarle una vida que detesta en la cabeza de un inocente, le toque a un hijo nuestro . Dario Villegas.